sábado, 10 de diciembre de 2011

Después del 20 N

Han pasado ya veinte días después de las Elecciones Generales. La confrontación electoral no hizo más que dar la razón a la gran mayoría de las encuestas que pronosticaban la victoria del PP y el descalabro del PSOE.
Y después del 20 N, aunque todos dicen ganar, en sus foros internos unos se sienten vencedores y otros llevan la procesión por dentro. El PP logra una mayoría holgada, vence en territorios proclives desde siempre al PSOE y el electorado envía al PSOE a ejercer la oposición, pero en este caso una oposición exigua por lo que se refiere a la consecución de 110 actas de diputados.
Parece que la militancia socialista tras la debacle sufrida en las Elecciones Municipales y Autonómicas de mayo pasado, intentó tranquilizarse, no levantar la voz, no poner en duda públicamente a ninguno de sus dirigentes, ni a las políticas llevadas a cabo en espera de lo que ocurriera el 20 N.
Me cuentan que en un mitin, uno de los oradores al ver sillas vacías dijo algo así: "los huecos de atrás, son los que ocupaban los que venían buscando algo y saben que ya no lo van a conseguir". Quizás esta sentencia vislumbraba lo que ocurriría el día de las elecciones.
Cuando el barco se hunde, tendemos a huir. Yo me pregunto ¿dónde estaban los que hoy protestan, los que ponen en duda en el PSOE la capacidad de liderazgo de sus principales cabezas, los que sabiendo la que se avecinaba no levantaban la voz y agazapados esperaban a ver qué ocurría?. Hay que hablar cuando hay que hablar, ¿dónde?, en los órganos de dirección. Esperar a ahogarse, en este caso, es una postura egoista. El problema es la eterna dificultad de la política "si hablas no sales en la foto".

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