domingo, 26 de octubre de 2008

Compañeros de estudio

Hace un ratito me he encontrado con un compañero de estudios. Corrían los principios de los años 80 cuando compartimos muchos momentos, de estudio, trabajo y también de diversión en el Seminario Mayor de Cáceres. Hacía tiempo que no nos veíamos y me ha reconfortado la conversación que hemos mantenido. El compañero en cuestión llegó a ser sacerdote y hoy su vida es para los demás, vida de entrega y servicio. Mi camino fue otro.
A partir de este encuentro he pensado en las buenas costumbres que en aquellos años se nos enseñaban. La puntualidad, el trabajo, el esfuerzo, el reconocer los errores y aprender de ellos, el dar una palabra y ser firme a ella y un sinfín de valores que parece que la sociedad actual olvida u olvidamos. Y también los consejos que se nos daban, que aunque a veces no los aceptábamos, hoy nos damos cuenta que había mucha razón en ellos.
Esos años unieron mucho, lejos de nuestras casas formábamos una gran familia y sí que éramos compañeros y así es, puesto que cuando nos volvemos a ver parece que la simple mirada nos vuelve a unir y nos identifica.
Gracias a esos compañeros hoy podemos decir tengo un amigo de tal o cual sitio y es saceredote, maestro, agricultor, empresario, médico, ganadero, mecánico o lo que Dios quiera que haya sido en la vida, pero sobre todo una persona de bien, recta en sus actos y preocupada por el bien común.
Amigo, compañero, te deseo éxito en tu labor a pesar de las dificultades.

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