lunes, 6 de junio de 2016

Libertad de expresión, religiosa y política...lo dudo

Aunque nuestra Carta Magna, como no podía ser de otro modo, es una clara apuesta por la defensa de la libertad en todos los órdenes, lógicamente una libertad bien entendida, la realidad cotidiana nos indica que esa libertad muchas veces está cercenada por miedo a las represalias laborales, a la incompresión y lo que es peor a la persecución.
Y voy a argumentar mi visión sobre el tema desde tres ámbitos: el laboral, el religioso y el político.
Laboralmente, ni en la emprea privada ni en la función pública, nadie se  atreve, públicamante y en alta voz a llevar la contraria, aunque con razones, a los jefes o regidores de la empresa o administración que sea.  Entonces me pregunto dónde esta la libertad en el ámbito laboral.
Religiosamente, cuesta mucho decir soy cristiano, católico, voy a misa los domingos. Quizás porque el entorno, en el que uno se mueve, te pueda ver como "un bicho raro" y en cambio tú nunca piensas que los raros pueden ser ellos.
Politicamente ponemos a "caer de un burro" a la clase política e incluso a los políticos cercanos, pero cuando los tenemos al lado, les "rendimos pleitesía", por si acaso.
Y así cuesta dar testimonio de cara de lo que sentimos y pensamos, eso sí, en petit comité y en la barra de la taberna sí lo hacemos.

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