Diez años con Canal Extremadura

En Extremadura estamos de cumpleaños. Diez años de vida  de uno de los medios de comunicación social más potentes para nuestra tierra.
Hace ahora diez años nos asomábamos expectantes ante la pequeña pantalla deseosos de ver nacer algo, que con el paso de los  años, se ha convertido en algo nuestro.
Como en toda empresa naciente, las incertidumbres de su éxito y el consiguiente camino de su ideario, podían, como era normal, propiciar dudas acerca de la manipulacíon política a la que podría estar sometida la incipiente televisión regional.
Creo, que con  la andadura de su primera decena de años, no me duelen prendas en afirmar que Canal Extremadura goza de buena salud democrática, convirtiéndose en un excelente escaparate de la libertad de expresión en los contenidos de tinte político y en el tratamiento de los mismos.
Me declaro seguidor de Canal Extremadura. Sentarme a las 20,30 horas a ver su informativo, me hace más extremeño, me acerca a mi realidad y a la de mis convecinos, consigue que saque mis propias conclusiones dando voz a los que de una forma u otra tienen voz en el tema en cuestión.
Hemos conocido y seguiremos conociendo más nuestra tierra, sus vertientes, su grandeza de gentes, modos de vida y paisajes gracias al gran abanico, ameno y distendido, de programación, realizado por profesionales libres, profesionales de nuestra tierra.
Siempre que felicito a alguien por las redes sociales, aunque personalice también mi felicitación, suelo decir "Felicidades,  salud y a cumplir muchos más". Pues este también es mi deseo para Canal Extremadura.
Y como no, acordarme y felicitar también a dos profesionales de este medio, a mis dos paisanas Inma Montero y Rosa Chaparro porque ellas también han puesto, desde sus responsabilidades, un granito de arena para que hoy Canal Extremadura se haya convertido en la televisión de los extremeños con mayúsculas.

Libertad de expresión, religiosa y política...lo dudo

Aunque nuestra Carta Magna, como no podía ser de otro modo, es una clara apuesta por la defensa de la libertad en todos los órdenes, lógicamente una libertad bien entendida, la realidad cotidiana nos indica que esa libertad muchas veces está cercenada por miedo a las represalias laborales, a la incompresión y lo que es peor a la persecución.
Y voy a argumentar mi visión sobre el tema desde tres ámbitos: el laboral, el religioso y el político.
Laboralmente, ni en la emprea privada ni en la función pública, nadie se  atreve, públicamante y en alta voz a llevar la contraria, aunque con razones, a los jefes o regidores de la empresa o administración que sea.  Entonces me pregunto dónde esta la libertad en el ámbito laboral.
Religiosamente, cuesta mucho decir soy cristiano, católico, voy a misa los domingos. Quizás porque el entorno, en el que uno se mueve, te pueda ver como "un bicho raro" y en cambio tú nunca piensas que los raros pueden ser ellos.
Politicamente ponemos a "caer de un burro" a la clase política e incluso a los políticos cercanos, pero cuando los tenemos al lado, les "rendimos pleitesía", por si acaso.
Y así cuesta dar testimonio de cara de lo que sentimos y pensamos, eso sí, en petit comité y en la barra de la taberna sí lo hacemos.

Sin filtros

Hoy en un programa de radio informaban que un fotógrafo había montado una exposición con las instantáneas que había conseguido en un campo de refugiados. El título de la exposición "Sin filtros". Me llamó la atención la vehemencia con la que el fotógrafo hablaba de la situación que viven miles y miles de refugiados. Y no es para menos. Con las instantáneas  "sin filtro" quiere mostrar la realidad tal y como es, sin retoques de forma ni color, denunciando a esta Europa y sus dirigentes, que aunque nos hagan ver que trabajan para dar solución a este problema humanitario, cuando se les quita "el filtro"  podemos observar, que muy lejos de lo deseado, lo que hacen es mirar para otro lado.Y el drama continúa.
A decir verdad, estamos acostumbrados a ver la realidad con"filtros", a ver la realidad enmascarada en función del interés  de los que nos la presentan, y esos, hacen y deshacen a su antojo, haciéndonos ver la realidad como ellos quieren que la veamos, siempre desde su prisma ideológico e interesado.
Para muestra, un botón, prepárense para los próximos veinticuatro días.