martes, 25 de noviembre de 2008

Volver


Volver a los lugares por donde uno pasó, no deja de ser algo bonito pero cargado de nostalgia.

Hoy he vuelto a un lugar en el que hace 32 ó 33 años pasé un tiempo de convivencia con niños de diferentes lugares de la provincia de Cáceres.

El lugar en cuestión en la actualidad es la Hospedería de Montánchez, antaño las Escuelas Infantiles "León Leal" de Montánchez, en las que en las épocas estivales la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Cáceres organizaba las "colonias infantiles de Verano".

Estando allí nos hemos emocionado, y digo hemos porque otros dos acompañantes también pasaron periodos estivales por estas latitudes.

Allí, procedentes de los pueblos acudíamos niños a pasar una quincena, organizando nuestro tiempo entre tareas escolares y de diversión como el baño, deporte, fuego de campamento o las marchas habituales que, año tras año, se planificaban, como la subida al Repetidor de Televisión, Visita al Castillo de Montánchez, etc.

El pisar de nuevo el suelo de "la colonía" me ha hecho recordar y vivenciar, de nuevo, aquellos momentos y hacer un recorrido retrospectivo de lo que éramos, lo que hemos pasado y lo que somos. ¡Vaya cambio!.

Aquello era inmenso, hoy me ha parecido más pequeño, pero distribuido prácticamente igual. Hasta llegar a las "colonías", nunca había visto una mesa de ping-pong, allí había dos; nunca había visto una piscina, aquella era inmensa; nunca había visto ni había jugado en una pista polideportiva, aquella de alquitrán era fabulososa; nunca había estado con tantos niños convivendo, allí hice mis primeros amigos de tal o cual pueblo. Aquello supuso el primer paso para mi socialización fuera de la vista y presencia de mis padres.

Cuando he llegado a casa he tirado del album de fotos y quizás más que nunca me he detenido a ver la foto, que en la escalinata del edificio se nos hacía a todo el grupo de chavales con las monitoras que nos atendían. He vuelto a ver a Pascual, Apolinar, José, a mi hermano de pequeño y a otro compañero de Riolobos de cuyo nombre ya no me acuerdo.

Dicen que de recuerdos no se vive, pero de los recuerdos se aprende, se aprecia y gracias a ellos nos detenemos un poco en la vida, que buena falta hace.

1 comentario:

Hitos dijo...

A mi me mandaron a Cadiz al "León de Carranza", pero en mi casa hay dos fotos como esa, una de mi hermana Irene y otra de mi hermano Toni