Hoy leyendo un papelito que ha llegado a mis manos he pensado en frases y dichos que proferimos con frecuencia pero que no sentimos. Ahí van tres ejemplos:
1.-Llegan a nuestras manos comunicados que dicen "Estimado Sr /Sra". Mentira, puesto que quien nos los envía ni nos conoce, ni nos estima, ni nos aprecia. Siempre son organizaciones y no personas y una organización no estima, solo estiman las personas. Una forma de engancharte.
2.- ¡Qué guapo/a y que bien te queda eso!. ¡Qué bonita casa tienes! Otras habituales mentiras. Muchas veces se dice por compromiso, por quedar bien, pero cuando el halagado o halagada ya no está entre nosotros comenzamos a hacer uno de los mejores deportes nacionales que practicamos : la crítica, pero no constructiva o te come la envidia por dentro.
3.- ¡Enhorabuena!, !Qué bien!, ¡ya lo conseguistes!. Nos alegramos de los logros de los demás en presencia de los agraciados pero hacemos lo mismo o parecido que en el caso anterior: ¡claro, le han echado una mano!, ¡tenía un buen padrino que le bautizara!, ¡así cualquiera!.
La doble cara, el decir para halagar, el quedar bien. Lo mejor ir de frente, pero cuesta.
Menos mal que siempre las cosas no son así porque si fuese de esta forma, esto sería un engaño.
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