Cuidar esas pequeñas cosas

Cáceres goza fin de semana tras fin de semana de una gran cantidad de turistas que la visitan. El puente pasado ha sido verdaderamente agradable ver como los turistas "mirando para arriba" se deleitaban observando fachadas, torres, blasones, arcos, gárgolas, cruces y otros elementos arquitectónicos que la bella ciudad medieval encierra.
Si los elementos que la vista encuentra en las alturas están dignamente cuidados, no lo es así el pavimento. Valgan dos ejemplos:

1º.- A la entrada de la ciudad monumental por la puerta de Mérida es lamentable ver como el empedrado lleva meses levantado dejando verdaderos socavones que dicen muy poco en favor de una ciudad que aspira a ser capital cultural europea en 2016, y esos socavones no los han producido las recientes aguas, vienen de largo.

2º.- El empedrado de alguna zona de la Plaza de San Mateo, quizás debido a las obras de ese magnífico hotel con el que va a contar Cáceres, también deja mucho que desear.

¿Tan difícil es que una brigada de obras permanentemente vigilara estas cuestiones, para que los que no solamente mirán hacia arriba también vean en óptimas condiciones lo de abajo?. Creo que cuesta poco hacerlo y la tarejta de visita se mejorará.

En otro orden de cosas, pero relacionado, creo que la Plaza de Santa Clara (conocida como plaza de las Palmeras) puede ser considerada como la antesala a la ciudad monumental y por tanto también requiere cuidado y esmero. En esta plaza se están desarrollando unas obras de remodelación necesarias, pero esa necesidad no significa que se tenga que hacer de cualquier forma. Sobre el pavimento y la anchura del mismo nada que decir, pero lo que es un verdadero ataque es el material con el que se está revistiendo la base de la cruz que preside esa plaza. Pasen y vean. ¡Una auténtica chapuza!.

Ojalá alguien con más fuerza que mi opinión se de cuenta y estas pequeñas máculas, para nuestra ciudad monumental, puedan subsanarse. Las pequeñas cosas también son importantes.