martes, 16 de marzo de 2010

Joder en la siesta

Cuidadín, cuidadín, que no van los tiros por ahí.
Suena el teléfono y el sonido del mismo no sabes ni de dónde viene. Te dispones a levantarte casi perdiendo el equilibrio (del sofá), deámbulas casí sin rumbo y al fin llegas al auricular del teléfono. Dices: "diga", "sí", "quién es" y comienza lo que menos esperas a esas horas "llamamos de Jazztel, Orange, Telefónica, Vodafone para ofrecerle la última oferta en...........", o "llamamos de la empresa.......... para pedirle si puede contestar a una encuesta sobre hábitos alimentarios, temas de actualidad......".
Sin reaccionar ante la rapidez con la que te exponen la propuesta y todavía bajo los efectos de ese tan acariciado sueño de las cuatro de la tarde, con la barriguita llena, no dudas y de forma, quizá no muy amable, respondes "no estoy interesado", "en estos momentos no puedo atenderle", "estoy atareado con los deberes de los niños" y un sinfín de razones que no vienen más que a manifestar que estamos hasta los coj.... de esas llamadas por la hora en la que se producen, ya que lo único que deseas es descansar y ellos al otro lado del teléfono parece que se han propuesto molestar y joder la siesta.
Cuando regresas al tan ansiado sofá aparece una larga lista de improperios que menos mal que a los que van dirigidos no los escuchan pero posiblemente se lo imaginen. Y después de desahogarte, con un poquito de suerte, vuelves a conciliar el sueño con el deseo de que mañana no vuelva a ocurrir.
¿Os pasa también a vosotros?, ¿cómo os sentís?. Claro, jodidos.

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