miércoles, 16 de septiembre de 2009

Comunicador-gestor

Hace unos días escuché la valoración de un contertulio de un programa de radio sobre los presidentes de gobierno de nuestra democracía en aspectos como la capacidad comunicadora y la capacidad de gestión. La valoración que hacía fue la siguiente:
Leopoldo Calvo Soltelo: mediocre comunicador y mediocre gestor.
Felipe González: buen comunicador y mediocre gestor.
J.M. Aznar: mediocre comunicador y excelente gestor.
J.L. Rodríguez Zapatero: excenlente comunicador y pésimo gestor.

Si cada uno de nosotros hiciésemos una valoración resultaría como las quinielas, sería difícil coincidir pues siempre persistiría en nuestro pronunciamiento la ideología política que defendemos y así a nuestro lider le colmaríamos de excelentes atributos.

Un excelente político debe convencer con la palabra, debe cumplir lo prometido y debe gestionar con eficacia los bienes públicos. De nada vale tener mucha palabrería si la gestión no va encaminada a lograr un beneficio para la colectividad a la que representa. Si la palabra no va acompañada de una buena gestión, todo es un engaño.

El día que sepamos reconocer los aciertos del adversario político y críticar los errores de nuestro lider podremos decir que la objetividad se ha instalado en la política. Y a eso no hay que tenerle miedo y decirlo públicamente menos.

Veo una cierta similitud entre los seguidores de un equipo de fútbol y los seguidores de un partido político. Este será el tema del siguiente post.

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